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23 en cuanto se dé cuenta de su pecado deberá presentar un sacrificio consistente en un macho cabrío que no tenga defectos. 24 Pondrá la mano sobre la cabeza del animal y lo sacrificará en el lugar donde se matan los animales de los holocaustos, y lo presentará al Señor. Es su ofrenda por el pecado. 25 Enseguida el sacerdote tomará sangre, y con el dedo la untará sobre los cuernos del altar del holocausto, y derramará el resto de la sangre al pie del altar.

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